Cuàntas veces he presenciado la ocurrencia de disgustos en mujeres que se quedan esperando al novio o al esposo, y sin conocer las razones exactas de la impuntualidad o de la inasistencia a la cita, se dejan llevar por un ego envenenado por el enojo y toman acciones dràsticas contra la pareja. Para posteriormente enterarse de lo que realmente causò el retraso, como: vehìculo averiado, accidente de trànsito, atraco, etc, y tener que pedir disculpas por la falta de confianza y consideraciòn asumido contra la pareja.
A veces tambièn ocurre que la persona es vìctima de informaciones insanamente suministradas, donde se tergiversa la verdad, por motivos de celos o envidias, y en lugar de confirmar primero la veracidad de la informaciòn, se deja arrastrar por un estado de ànimo negativo, donde se desconfìa injustamente de la pareja. Una vez escuchè de un caso semejante, que el novio no pudo llegar por motivo de un atraco y golpiza recibida al intentar llegar a la casa de la novia, y ella se convenciò sòlo cuando lo viò aporreado y con hematomas. El mensaje de este post es que la familia debe cultivar màs la confianza familiar, y si la persona, sea marido o novio, no te ha cumplido còmo esperabas, no pienses lo peor a la primera, ¡ni le pidas que te muestre hematomas en la cara para poder creerle!, porque una relaciòn sana no se construye sobre la base de golpes de ninguna naturaleza, sino sobre la incondicional confianza.
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