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jueves, 2 de septiembre de 2010

10. Cambiando actitudes y compartiendo roles.


Conozco unos jòvenes amigos, casados, que aùn cuando hacen una linda pareja, discuten con mucha frecuencia. Y pese a que les han recomendado ver un asesor conyugal o algùn psicòlogo, se han negado. El conflicto parece afectar seriamente el matrimonio, y entre sus retos personales, habìan establecido como prioritario, el reto de superar ciertos conflictos. Pero, increìblemente hallaron la soluciòn de manera inesperada.

La raìz de los conflictos estaba en los frecuentes pleitos que se suscitaban cuando el marido regresaba en las tardes del trabajo. Cuando el niño hacìa alguna travesura o instalaba una nueva escena de llanto de las tantas que tenìa a diario, entonces la mamà perdìa la paciencia y le regañaba, o algunas veces le castigaba. El marido acusaba a la señora de que no sabìa tratar bien al niño, y la señora se quejaba que el marido no la entendìa, desautorizàndola delante del niño. Realmente, las cosas no andaban bien, porque esta diferencia de opiniòn estaba mermando la relaciòn matrimonial por las mùtuas acusaciones de incomprensiòn que ambos se hacìan.
Hablando ellos de esa situaciòn con un conocido, apareciò la soluciòn. Porque les hizo ver la causa del problema, en el siguiente planteamiento:
"Lo que sucede es que la señora tiene que lidiar todo el dìa al niño, y el señor apenas va llegando y no ha tenido que lidiar con las travesuras del niño. Eso agota a la mujer, y no ve como graciosa las travesuras del niño, tal como lo veìa el esposo, y los llantos constantes de un niño producen cansancio emocional, que no ocurre en el padre que va llegando y no lleva aguantando varias escenas de llanto del niño".
El señor entendiò que el asunto no es que la señora no sabe atender a su hijo, o que no lo quiere lo suficiente, o que carece de la formaciòn mìnima y bàsica para atenderlo, que eran las acusaciones contra la mamà. Entendiò que se trataba de hastìo de todo un dìa de lidia. Entendiò que un niño lloròn, exaspera los nervios de la persona que tiene que calmarlo varias veces en el dìa. En consecuencia, cambiò de opiniòn e incluso de conducta, porque decidiò que al llegar del trabajo, iba a descargar a la señora de la lidia del pequeño, de esa forma, ella descansaba y ademàs èl creaba lazos con su hijo.
Hay asuntos de familia que son desconocidos para una pareja de padres jòvenes, quienes pese a contar con formaciòn acadèmica, carecen de una adecuada formaciòn de escuela de padres. Son cosas que vamos aprendiendo con las experiencias de la vida. Tambièn se aprenden leyendo libros o pàginas web que se dedican a traer al debate esas situaciones cotidianas de familia que son generadoras de conflictos, que conduzcan a un cambio de hàbitos y actitudes. Es natural que exista conflictos en las familias, y que incluso haya desconocimiento de còmo abordarlos, pero, hay que buscar el mecanismo màs sano para resolverlos satisfactoriamente. Por tanto, la existencia de conflictos no es necesariamente algo totalmente negativo, porque partiendo de un conflicto pueden salir mejores perspectivas, incluso superiores a las originales, que en el campo sentimental se traduce en descubrir nuevas y mejores facetas de nuestra pareja, que salieron a relucir gracias a un conflicto previo: precisamente fue este el resultado de mis amigos casados, el haber superado el reto de conflictos graves que los llevò a descubrir las bellezas ocultas de su pareja.
Este post me agradò mucho publicarlo, porque se observa con mucha frecuencia en los hogares de parejas jòvenes, y si no lo asumen con prudencia y sabidurìa, puede repercutir en distanciamiento conyugal por desentendimiento en las necesidades emocionales de un niño pequeño.

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