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martes, 31 de agosto de 2010

07. Trabajo familiar compartido

La mujer moderna ha superado a sus predecesoras en su notable figuración social, ya que actualmente trabajan en cualquier campo laboral, y en muchas carreras universitarias representan incluso la mayor matrícula. La consecuencia directa es una merma en el tiempo que pueden dedicar a los oficios domésticos, y esto pasa a convertirse en un problema cuando ella es casada, y peor aún si tiene niños pequeños, que significa fuertes sacrificios para desarrollar eficazmente ambos roles (madre y trabajadora).
Pero, cabe una reflexión: ¿es realmente responsabilidad exclusiva de la mujer el cumplir con las tareas domésticas que mantienen el orden y la limpieza de una casa?. Como hay tanto machista por allí, pues no dudo que muchos dirán: ¡por supuesto que sí!. Lamentablemente para ellos, siento decirles que están errados, porque olvidan que se ha producido un cambio en la manera de pensar de las mujeres, quienes aspiran a la superación profesional, y si su pareja masculina no muestra disposición a aceptar esa "realidad", pues vienen los conflictos, el distanciamiento, rompiéndose el lazo de felicidad familiar, y si no hay un cambio oportuno en la actitud masculina, puede llegarse al divorcio. Créanme cuando digo que esta situación es demasiado frecuente, razón que me motiva a incluir este post, porque la idea es traer al debate relajado de las ideas, todas las condiciones y situaciones cotidianas que puedan afectar el ambiente familiar. Muchos hombres se han quedado rezagados racionalmente ante la realidad precitada, y la solución comienza por conocer dicha realidad, que es el objetivo de este tema, analizar dicha realidad, y tomar una actitud consecuente, que bien podría ser cualquiera de las siguientes:

_1. Contratar una mujer que se encargue de los oficios domésticos.

_2. Compartir el trabajo, acordando mútuamente dias y horarios en que ella y él harán esos oficios.

_3. Si hay hijos, pues asignarles esas tareas, y concientizarles que su mamá requiere del apoyo de ellos para poder salir adelante.



Una familia feliz es aquella donde la pareja ha podido conciliar intereses y afectos. Entre ellos, el del desempeño laboral de la mujer, que va a representar para el esposo desde superar apatìas respecto a los oficios domèsticos, hasta injustificadas (o manipuladoras) situaciones de celos. Tanto mujer como hombre tienen iguales derechos a la superaciòn personal y profesional, y ninguno de los dos debe imponer trabas de ningùn tipo al otro, porque debe tenerse en cuenta que la aguda crisis econòmica mundial obliga a ambos cònyuges a aportar recursos para sacar adelante la familia.

El doble rol de la mujer, tanto madre-esposa como trabajadora, no debe traer como consecuencia absurdos recelos, sino más bien, debe generar admiración, respeto y apoyo de parte del esposo al contar con una mujer tenaz e inteligente.

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