El capitalismo nos enseña que todo tiene un valor que debemos pagar si queremos adquirirlo. En algunas
culturas indigenas americanas, el compromiso matrimonial lleva aparejado el pago que debe hacer el futuro esposo por la mujer. En las culturas occidentales eso no se practica, porque se ve al matrimonio como una decisión volitiva. Pero, en efecto, el matrimonio si tiene un costo que debemos pagar, y es lo que se expone seguidamente, en este post:
_1. El matrimonio, primeramente representa un costo monetario, porque los eventos de unión nupcial y de formación del nido familiar, representan una cantidad respetable de dólares.
_2. El matrimonio también nos cuesta muchos "sacrificios". Nadie dijo que el matr
imonio iba a ser fácil. Tenemos que amoldar nuestra personalidad con la de nuestro cónyuge, lo cual implica cambiar hábitos muy antiguos. Significa el sacrificio de abandonar el hogar de nuestros adorados padres, para crear un nuevo nido. Implica el sacrificio de perdonar errores y desatinos que pueda hacer nuestra pareja, incluso el de la indeseable infidelidad, con tal de mantener el matrimonio. Muchos matrimonios naufragan a consecuencia de la falta de valor o de compromiso, a realizar los sacrificios necesarios para mantener económica y afectivamente a la familia. Quiero ejemplificar el item del sacrificio, con un caso real, de una amigo bebedor, cuya esposa lo puso a escoger entre ella o la bebida, y este amigo hizo serios sacrificios de voluntad para vencer el fuerte vicio de la bebida.
_3. El matrimonio también nos cuesta el aporte de una "cuota de afecto" que debemos brindar a la familia. Y se trata de una "cuota indefinida". Muchos matrimonios fracasan porque prevalece el egoismo, la soberbia, la mentira, que sustituyen a los bellos productos afectivos como el cariño, la consideración, el respeto, etc. El divorcio es la consecuencia final y definitiva que nos cobra la vida por no querer pagar esa cuota de afecto.
culturas indigenas americanas, el compromiso matrimonial lleva aparejado el pago que debe hacer el futuro esposo por la mujer. En las culturas occidentales eso no se practica, porque se ve al matrimonio como una decisión volitiva. Pero, en efecto, el matrimonio si tiene un costo que debemos pagar, y es lo que se expone seguidamente, en este post:_1. El matrimonio, primeramente representa un costo monetario, porque los eventos de unión nupcial y de formación del nido familiar, representan una cantidad respetable de dólares.
_2. El matrimonio también nos cuesta muchos "sacrificios". Nadie dijo que el matr
imonio iba a ser fácil. Tenemos que amoldar nuestra personalidad con la de nuestro cónyuge, lo cual implica cambiar hábitos muy antiguos. Significa el sacrificio de abandonar el hogar de nuestros adorados padres, para crear un nuevo nido. Implica el sacrificio de perdonar errores y desatinos que pueda hacer nuestra pareja, incluso el de la indeseable infidelidad, con tal de mantener el matrimonio. Muchos matrimonios naufragan a consecuencia de la falta de valor o de compromiso, a realizar los sacrificios necesarios para mantener económica y afectivamente a la familia. Quiero ejemplificar el item del sacrificio, con un caso real, de una amigo bebedor, cuya esposa lo puso a escoger entre ella o la bebida, y este amigo hizo serios sacrificios de voluntad para vencer el fuerte vicio de la bebida.
_3. El matrimonio también nos cuesta el aporte de una "cuota de afecto" que debemos brindar a la familia. Y se trata de una "cuota indefinida". Muchos matrimonios fracasan porque prevalece el egoismo, la soberbia, la mentira, que sustituyen a los bellos productos afectivos como el cariño, la consideración, el respeto, etc. El divorcio es la consecuencia final y definitiva que nos cobra la vida por no querer pagar esa cuota de afecto.
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