La formación de valores en los hijos no debe ser vista como una responsabilidad exclusiva de la enseñanza de la escuela. Sucede que los padres también cumplen un rol importantísimo en esa misión, y, en el caso concreto que desarrollo en esta publicación acerca de los valores que preservan la democracia de un país, no va a ocurrir una excepción, es decir, también en la materia de enseñar a un niño a amar a su país y a la democracia, también allí los padres cumplen un rol fundamental, y es lo que voy a comentar de seguido.
Es preocupante la decepción de muchos jóvenes respecto al sistema político, y tienen razón en el aspecto de que la corrupción y mal gobierno los ha llevado al desencanto, pero jamás debe desertar a sus derechos ciudadanos de ir a votar por cualquiera de los candidatos que por lo menos garantiza el funcionamiento de la democracia, porque la democracia puede ser imperfecta pero nos brinda la oportunidad de hacerla perfectible con nuestros actos, uno de los cuales es el voto, porque es el que garantiza su funcionamiento.
Lo más lamentable es que con mucha probabilidad, ese joven decepcionado de sus políticos nunca lo ha conversado con sus padres, y peor aún, es muy probable que sus padres nunca tuvieron la motivación de hablar con ellos ese tema. Luego va a suceder que los padres no pueden reclamar a sus hijos su conducta apática o indiferente en las votaciones o en cualquier asunto político que afecta el destino de su país.
Algunos padres piensan que hablar sobre la democracia y su fortalecimiento es un tema fuera de orden para ser tratado con sus hijos pequeños, y es un gran error, primero porque la niñez es la mejor edad para inculcar valores y segundo porque nadie conoce mejor al hijo que su padre o su madre, y eso los capacita como nadie para hablarles con propiedad y seguridad acerca de cualquier tema.
No puede ser pretexto evasivo el argumento de que el padre no es político o profundo conocedor del tema de la democracia. Porque ese padre disfruta de derechos y libertades ciudadanas, tema sobre los cuales puede hablarle al hijo, lo mismo que el acto de la votación, nadie como el padre o la madre para comentar a su hijo la satisfacción que se experimenta luego de haber cumplido con el deber ciudadano del voto.
Desde el punto de vista de tus derechos políticos, ¡no hay mayor felicidad que ejercer libremente y sin impedimentos, tu derecho al voto!. Esa felicidad tan profunda es un sentimiento único, que se vive una vez cada cierto tiempo (según el período que dure el mandato presidencial), y hablar de esa experiencia con tus niños o hijos adolescentes, es una experiencia formadora de incalculable valor, porque en la edad adulta ellos recordarán esa emoción y tendrán una conducta de imitación al buen ejemplo recibido de sus padres.
Escribo con insistencia sobre este tema en mis blogs, porque la realidad política de Venezuela ha dejado la moraleja de que si el individuo no cuenta con una adecuada formación ideológica, puede fácilmente ser engañado por cuentacuentos políticos, y, ese trabajo formativo debe comenzar en el mismísimo seno familiar, y, ese convencimiento me lleva a escribir este post. Y realmente he llegado a la convicción de que "La Democracia es también un asunto de las familias", y espero que ustedes como ciudadanos, puedan formar en sus hijos una mentalidad fuerte en pro de la defensa de la democracia y de todos los derechos y libertades que ella consagra.
Si te interesa este tema te suministro a continuación un enlace donde abordo este tema, clicando acá.
Es preocupante la decepción de muchos jóvenes respecto al sistema político, y tienen razón en el aspecto de que la corrupción y mal gobierno los ha llevado al desencanto, pero jamás debe desertar a sus derechos ciudadanos de ir a votar por cualquiera de los candidatos que por lo menos garantiza el funcionamiento de la democracia, porque la democracia puede ser imperfecta pero nos brinda la oportunidad de hacerla perfectible con nuestros actos, uno de los cuales es el voto, porque es el que garantiza su funcionamiento.Lo más lamentable es que con mucha probabilidad, ese joven decepcionado de sus políticos nunca lo ha conversado con sus padres, y peor aún, es muy probable que sus padres nunca tuvieron la motivación de hablar con ellos ese tema. Luego va a suceder que los padres no pueden reclamar a sus hijos su conducta apática o indiferente en las votaciones o en cualquier asunto político que afecta el destino de su país.
Algunos padres piensan que hablar sobre la democracia y su fortalecimiento es un tema fuera de orden para ser tratado con sus hijos pequeños, y es un gran error, primero porque la niñez es la mejor edad para inculcar valores y segundo porque nadie conoce mejor al hijo que su padre o su madre, y eso los capacita como nadie para hablarles con propiedad y seguridad acerca de cualquier tema.No puede ser pretexto evasivo el argumento de que el padre no es político o profundo conocedor del tema de la democracia. Porque ese padre disfruta de derechos y libertades ciudadanas, tema sobre los cuales puede hablarle al hijo, lo mismo que el acto de la votación, nadie como el padre o la madre para comentar a su hijo la satisfacción que se experimenta luego de haber cumplido con el deber ciudadano del voto.
Desde el punto de vista de tus derechos políticos, ¡no hay mayor felicidad que ejercer libremente y sin impedimentos, tu derecho al voto!. Esa felicidad tan profunda es un sentimiento único, que se vive una vez cada cierto tiempo (según el período que dure el mandato presidencial), y hablar de esa experiencia con tus niños o hijos adolescentes, es una experiencia formadora de incalculable valor, porque en la edad adulta ellos recordarán esa emoción y tendrán una conducta de imitación al buen ejemplo recibido de sus padres.
Escribo con insistencia sobre este tema en mis blogs, porque la realidad política de Venezuela ha dejado la moraleja de que si el individuo no cuenta con una adecuada formación ideológica, puede fácilmente ser engañado por cuentacuentos políticos, y, ese trabajo formativo debe comenzar en el mismísimo seno familiar, y, ese convencimiento me lleva a escribir este post. Y realmente he llegado a la convicción de que "La Democracia es también un asunto de las familias", y espero que ustedes como ciudadanos, puedan formar en sus hijos una mentalidad fuerte en pro de la defensa de la democracia y de todos los derechos y libertades que ella consagra.
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