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lunes, 22 de abril de 2024

El mejor legado de un padre

Padre con su hijo
confirmado

Esta publicación es una transcripción exacta del artículo del mismo nombre de la revista Selecciones de fecha Marzo 1992 (páginas de 40 a 42). Por: Margery Rosen

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"De cerca, lo que menos deseaba era leer", recuerda Suzanne Hurley, mujer de 27 años que trabaja en el departamento de personal de un banco. "Creía que resultaba aburrido leer, que era una pérdida de tiempo. Prefería hacer cualquier cosa a tomar un libro"

Entonces llegó a la ciudad una organización llamada La lectura es fundamentak (LLEF), La LLEF es una red de programas regionales que dirigen varios voluntarios en todo Estados Unidos y cuyo propósito es ayudar a los chicos a descubrir el placer de la lectura.

La LLEF regala libros a los que participan en el programa. "En mi escuela ponían libros sobre las mesas y podíamos tomar el que nos gustara", explica Suzanne. "Recuerdo que escogí Black Beuty ("Belleza negra") de Anna Sewell, Esta obra me encantó y me hizo aficionarme a la lectura".

Anne Richardson, presidenta de la LLEF y ex maestra de cuarto año de primaria, asegura que uno de los secretos más importantes para lograr que los niños se aficionen a la lectura es dejarles escoger lo que van a leer.

Muchos niños sienten por los libros la misma aversión que una vez experimentó Suzanne Hurley. Por eso, uno de los mejores regalos que pueden hacer los padres a sus hijos es ayudarles -desde la más tierna infancia hasta la adolescencia- a enamorarse de los libros con un amor perpetuo. He aquí algunos consejos importantes:

Hable con sus hijos desde que son muy pequeños

Señala Sue Korn, especialista en aprendizaje. lo siguiente:

Sue Korn"Los padres que conversan con los niños les ayudan a formarse un vocabulario, y este es uno de los fundamentos de la lectura"

Mientras los viste, prepara la comida y compra los víveres, explíqueles lo que hace. Pero no emplee un lenguaje infantil; designe a las personas y a las cosas con su nombre correcto. Los niños aprenden con rapidez el significado de las palabras difíciles por el contexto en que se les presentan.

Léales en voz alta con regularidad

Sue recalca lo siguiente:

Sue Korn"Esto es lo más importante que pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a leer"

Y cuanto más chicos sean, tanto mejor. Se ha comprobado que el sonido sedante de la voz materna o paterna puede calmar a los bebés inquietos y entretener a los apacibles. Además, leer juntos propicia una cercanía muy especial.

Hágales participar

Pídales que describan las ilustraciones del libro o que adivinen lo que va a ocurrir a continuación. Anime a los mayorcitos a leer algo a los más pequeños. Hágales recitar sus poemas o rimas infantiles favoritos ante una grabadora. Escuchando su voz grabada, los niños adquirirán confianza en sí mismos y desarrollarán más fácilmente su lenguaje.

Cuando sus hijos empiecen a reconocer las letras, déles revistas viejas para que las busquen y recorten. Así reforzarán sus conocimientos del alfabeto.

Procure que sus hijos lo vean leer

Como en todo lo demás, los niños imitan la conducta paterna: si ven que usted valora la lectura, ellos también lo harán.

Añade la pedagoga Korn lo siguiente:

Sue Korn"En el terreno de la lectura no caben las precipitaciones. Los padres pueden hacer mucho para ayudar a sus chicos a aprender a leer, pero a veces resulta contraproducente presionarlos prematuramente. He visto a niños de cinco años llegar hastiados al jardín de niños. Lo que menos desean hacer en esos momentos es leer. Y esto se debe generalmente a que sus padres, ansiosos, los presionaron en demasía y antes de tiempo".

Cada niño aprende a leer en su momento: algunos aprenden desde los cuatro o cinco años; la mayoría, a los siete.

A menudo ocurre que el niño lee con regularidad y entusiasmo hasta el cuarto año de primaria, poco más o menos; entonces, de repente y para sorpresa de los padres, deja de tener tiempo de leer porque le gusta más la televisión.

Los educadores atribuyen a varios factores esta pérdida de interés por la lectura. Ruth Graves, directora general de la LLEF, explica:

Ruth Graves"Cuando los niños comienzan a usar libros de texto en la escuela primaria, la lectura ya no representa solamente un entretenimiento"

También puede deberse a que los padres los fuerzan en exceso para que obtengan buenas calificaciones, y los niños necesitan un respiro

No le sorprenda que un niño diga que aborrece la lectura porque le resulta tediosa o muy difícil. Quizá haya algo de cierto en esto. Pídale a su maestro que le practique algunas pruebas. Cuanto más pronto se identifique el problema, tanto menos tardará el chico en recibir ayuda correctiva.

Si, habiendo llegado su hijo a la adolescencia, usted se percata de que no ha logrado transmitirle el amor a la lectura, no se desaliente. "Siempre hay esperanza" asegura la pedagoga Gail Gumora, que trabaja con adolescentes y con sus padres. He aquí algunas sugerencias:

Acepte la realidad

Si el joven nunca ha sido un lector ávido, no espere que de la noche a la mañana se ponga a devorar las obras de Shakespeare. Ofrézcale libros cuyo tema le interese, o libros de juegos de palabras y acertijos que lo obliguen a pensar en el lenguaje. Si los audífonos con sonido estereofónico ya se han convertido en parte de su anatomía, cómprele un libro sobre música de rock y déselo sin manifestar mucho entusiasmo. "Lo único que tiene que decir es: Ví esto y creí que tal vez te gustaría" , sugiere Gail. Si el tema les interesa, a lo mejor lee el libro ... y a lo mejor luego lee otro.

Ponga el ejemplo

mal ejemplo
  |   Los niños aprenden con el ejemplo, sea bueno o malo

Si usted enciende el televisor y lo tiene así durante la cena y hasta altas horas de la noche, dudo que pueda convencer al muchacho de que la lectura importa más que la televisión.

Tenga bastante material de lectura en casa

Las revistas y los periódicos desarrollan la capacidad de leer, y a veces despiertan la inquietud por leer obras más largas. Suscriba a su hijo a una revista que usted considere que será de su agrado. Dado el caso de que se siga mostrando renuente, déjelo leer lo que quiera; no juzque su decisión.

No se deje dominar por el pánico ni ejerza presión

Recuerde que es natural que todos los chicos, en especial los adolescentes, pasen por períodos en que no leen ni una línea.

Si sienta las bases del gusto por la lectura durante los años formativos de sus hijos y consigue que los libros formen parte de la vida familiar, les dejará un regalo perdurable.

 
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1 comentario:

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