
La familia es una más que un grupo de personas que conviven juntas en una casa.

Es cierto que cotidianamente compartes con tus familiares, pero ¿qué compartes?. ¿Compartes sólo presencia física?. ¿Compartes momentos de diversión?.
Es que es tan agradable a la vista apreciar la felicidad que irradian las familias que han aprendido a disfrutar juntos de la vida. La figura anexa de la derecha creo que es un excelente ejemplo de lo que quiero plantear.
Escribo estas notas, porque me parece muy trágico el caso de familias que conozco donde padres e hijos son absolutamente unos extraños entre ellos mismos. Es una evidente señal que nunca dedicaron tiempo para compartir en familia.
Se trata de familias que son incapaces de consultarse entre ellos mismos la solución o la opinión a algún problema. De hecho, se irritan si alguno de sus padres o hermanos intenta ingresar en su mundo interno, y no sienten el más mínimo interés en invitar a sus padres a festejar sus éxitos.

¿Por qué se llega a situaciones tan extremas de división y apatía entre padres e hijos?. Entre otras razones, por causa de los mismos padres que fueron apáticos en propiciar esos lazos, porque ¡no tenían tiempo!, pero en cambio si tenían el tiempo y el dinero para gastarlos el fin de semana con los amigos, jugando dominó y bebiendo cerveza.
Quiero poner como ejemplo, un caso real que conozco de un sujeto que insólitamente afirma que: “prefiere estar con los compañeros de trabajo que en su casa con su esposa e hijos”, y con una afirmación semejante no les debe sonar extraño que ese sujeto tiene una pésima relación con su hijo y su esposa ya no haya como echarlo de su casa: eso es lo que hay detrás de tan insólita afirmación.
Por tal motivo, no desperdicies la VALIOSA OPORTUNIDAD que te ofrece el fin de semana para compartir con la familia, los momentos que humanamente te son imposibles entre semana por causa del trabajo.
Puedes alquilar películas para verlas en tu DVD. O si tienes el capital suficiente, puedes invertirlo en una invitación al cine a tu esposa e hijos, ¡qué mejor inversión y qué mejor disfrute que ese!.

En definitiva veo al fin de semana, como una bendición de Dios, no sólo para dedicar momentos valiosos a tu familia, sino también para dedicarle un tiempo a Dios en la Iglesia, ¡acompañado de tu familia!.
En fin, la inventiva da para muchas maneras de disfrutar un fin de semana familiar. Lo que hace falta es la voluntad para regalar a tu familia esos momentos tan dichosos, y EVITAR un futuro ambiente de apatía por causa de tu propia abulia de compartir en familia.
Blogs como éste se dedican en específico a resaltar la importancia de compartir en familia, y los resultados positivos que se derivan de ese compartir. Es posible que ya lo sabías, ó que ya lo habías leído, pero ¿ya lo habías aplicado a tu vida personal?.
Por cierto: ¿por qué un fin de semana es una oferta irrestible?. Porque es la oportunidad de oro de crear y fortalecer lazos con tu familia, que luego lamentarás no haberlo hecho.
Finalizo con la reflexión de Pastores evangélicos que enésimas veces predicaron sobre la necesidad e importancia del compartir familiar, pero ellos mismos no aplicaron en sus vidas esa receta, y tristemente tienen que afrontar la diaria realidad de un hogar de indiferentes, ¿contradictorio verdad?. Espero que una situación semejante no se dé en tu caso, más después de haber leído estas sencillas reflexiones.

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