PERSONAS INVISIBLES: ¿Ciencia ficción? ¡no! ¿cómics? ¡tampoco! ¿drama de película? ¡podría ser! ¿realidad trágica? ¡cierta y lamentablemente!. Porque no son pocos los casos que se observan en muchas familias, donde algún miembro es un “invisible” siendo muy asidua esa situación con el trato hacia las personas de la tercera edad.
Pero, ¿cómo es que una persona puede ser invisible? ¡suena paradójico a simple vista!, pero, lo cierto es que no me refiero a lo físico sino a lo conductual, ¿cómo así?.
En concreto, hago referencia a una conducta dañina, desconsiderada, desagradecida, y hasta perversa, de tratar con indiferencia a algún miembro de la familia.
Una persona invisible es una “víctima” de comportamientos de indiferencia (y hasta rechazo) que la marginan como persona.
Esa conducta se tipifica en los siguientes comportamientos hacia una víctima (por solo citar algunos): 1. Ignorar cualquier comentario de la víctima. 2. La víctima puede estar en un grupo de varios familiares reunidos, y, es tal la indiferencia, que es como si no estuviera allí. 3. La víctima puede pedir algún favor y nadie lo cumple, y, en muchos casos, “ni es escuchado”. 4. La víctima es sometida a tal grado de indiferencia, que a nadie le importa ni siquiera si ha comido, incluso, tampoco importa cuando tiene algún dolor o malestar. 5. Muchas veces los regalos de la víctima son recibidos con menosprecio. 6. La víctima es objeto de burlas y comentarios desagradables. Personalmente me causa indignación cuando presencio el trato a víctimas de invisibilidad de parte de sus familiares. Es que pueden estar reunidas 4 personas, y, si una es la víctima, la sociabilidad se da entre 3 y se ignora “ofensivamente” a la víctima: insisto, puntualizo, es realmente como si no existiera.
La víctima de invisibilidad luego pasa a ser una persona retraída, de poco hablar, triste, nostálgica, deprimida, frustrada, y, no es para menos, porque emocionalmente recibe los efectos destructivos de la exclusión, para lo cual “el cerebro humano no está programado”, y que puede conducirlos al abandono total de sí mismos e incluso el suicidio.
Por otra parte, extendiendo la explicación de los daños en la víctima, puede llegar a sentir que es un estorbo, puede sentir que su presencia irrita o desagrada a los demás, incluso puede llegar a convencerse de que no vale la pena hablar porque será tomado como estúpido o como sin importancia. Además, otra variante de la invisibilidad la observo en familiares que sin razón justificada se desentienden por completo de la víctima, que ni la visitan, ni les importa su situación.
Hay quienes justifican ese trato discriminatorio alegando que la víctima recibe el merecido trato de su pasado.
Pero, a ese argumento le contrarresto con el concepto de dignidad humana, o sea, toda persona merece ser respetada por encima de cualquier prejuicio o circunstancia,
Y, nada ni nadie nos faculta para convertirnos en los jueces implacables para dictar sentencia de marginación a ninguna persona, lo cual lo veo aún más despreciable, cuando se aplica a algún miembro de la familia.
Espero que este artículo ejerza algún nivel de reflexión en personas implacable que les satisface actuar como jueces que dictaminan marginar a otros, porque termino diciendo que quien procede de dicha manera (indigna) demuestra bajo contenido moral y ausencia de valores cristianos, porque Jesús jamás actuó de esa forma ni lo aprueba en la enseñanza bíblica, todo lo contrario Jesús enfrenta a tales personas en su famosa frase “el que esté libre de pecados que lance la primera piedra”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tus comentarios..