24. ¡Es que eso no te dá derecho!

El tema familiar es muy interesante, porque aprendes a ser padre o a ser hijo, en el cada día. Eso no se aprende en la Universidad, sino en el contacto permanente de familia. De manera que entre las cosas que aprendes, es que REALMENTE, no hay nada más importante que la familia, y no hay amor más grande que el de los padres a los hijos, y viceversa. Se trata de un amor que es benévolo, comprensivo, abnegado, tolerante, pero eso no quiere decir que se traspase la línea de la dignidad del respeto. El amor de un padre o una madre hacia el hijo no le dá derechos al hijo a ........!, sigue la lectura y descubrirás la razón oculta de muchas preocupaciones de muchos padres que sufren en silencio, e incluso la causa de lágrimas de muchas madres, que se preguntan ¿en qué fallamos para estar en esta situación?.
Me voy a referir al hecho concreto de que la condición de hijo no te dá derecho a irrespetar a tus padres, ¿Cómo así?.
Hay una serie de conductas que muestran algunos hijos en su relación con sus padres, que no honran con el merecido respeto y consideración a aquellos padres que por años han entregado toda clase de sacrificios para dar lo mejor a sus hijos.
Sucede que veo con frecuencia cómo los hijos responden con actitud altanera y verbo obceno a consejos o reclamos de los padres, olvidando además que mientras estén en el techo paterno, deben mantener el respeto a los padres, a lo cual hacen caso omiso.
El ser un hijo amado no te dá derechos al abuso de llegar a la hora que te plazca, o a querer tener música a todo volumen que entorpece la tranquilidad de todos.
Abusas del amor de los padres, cuando quieres meter tu novio o novia en tu casa para fornicar, pasando por encima del buen ejemplo recibido de tus padres, que honraron su amor en el matrimonio y adquiriendo un inmueble para responder con toda responsabilidad a los frutos del amor, que son los hijos.
No correspondes a la tolerancia de tus padres, cuando llevas a tu casa el desagradable vocabulario obceno, que ni siquiera oyes de los labios de tus padres y a quienes les incomodan esas expresiones.
Es una muestra reprobable de desconsideración e ingratitud el faltar el respeto a los abuelos, y el ser nieto amantísimo, y contar con el inmenso amor tolerante del abuelo, no te dá derecho a ofenderlo.
Ser hijo no significa ser vago o ser irresponsable, de manera que esa ofensiva conducta de los hijos de no lavar ni siquiera el plato en que comen, o de no tender las camas al levantarse en las mañanas, es sencillamente un modelo de conducta juvenil inaceptable. Escucho frecuentemente a compañeras de trabajo que responden con exasperación a semejante desconsideración de sus hijos, y ellos en lugar de sentir vergüenza o de retractarse, se ponen peores, lo cual conduce a un clima familiar tenso, donde se dan roces debido al desorden de los hijos que exaspera a la madre, porque el tiempo no le alcanza para arreglar tanto desorden.
Ser hijo amado no significa que tus padres deban aceptar que les propines golpes por causa de excesos de alcohol o de drogas, o simplemente porque te dió la gana. Manifiesto mi enfado cuando me encuentro con padres o madres con síntomas de hematomas originados por sus propios hijos, ....¡que Dios perdone a esos hijos que no saben lo que hacen al proceder como se ha descrito acá!. Esas lágrimas de amor comprensivo de tus padres a causa de tus golpes, y que soportan o callan ese pecado del hijo abusador, ¡no te las mereces!, porque en esos casos los padres no denuncian esos hijos abusadores para no crearles problemas con la policía, y lloran en silencio el maltrato del hijo que ha traspasado los límites del respeto hacia sus progenitores. Me entristece que esos padres lloran porque creen que sus hijos están confundidos, y lo que en realidad son tales chicos, es unos ABUSADORES, por tanto no son merecedores de esas lágrimas de sufrido amor de sus padres que sufren en silencio.
La actitud manipuladora de querer valerte del amor de los padres para obtener obsequios sin ser merecedor a los mismos, también es harto molesta.
Este post quiere rescatar el tradicional respeto de familias de antaño, donde pese a ser unos ancianos, los padres nunca perdían ni la autoridad ni el respeto ante sus hijos, y por consiguiente, ante sus nietos.
Quizás por efecto de los anti-valores de una televisión con programas basura, donde se observan todos los patrones desviados de las conductas arriba citados, es donde pueda uno imaginar encontrar la causa de semejantes irreverencias a los padres, pero, sea cual fuere la causa, ¡son inaceptables esas conductas!.
Es asunto de que cada hijo auto-evalúe si el trato que dan a sus padres, les gustaría a ellos recibirlo. Si no te gustan los gritos, ¿por qué gritas a tus padres?, si no te gustan las golpizas ¿por qué golpeas a tus padres?, en pocas palabras, ¿por qué das a tus padres el trato que ni loco lo aceptarías tú para tí mismo?. Hay hijos que olvidan aquello del "NO HAGAS A OTROS LO QUE NO QUIERES QUE TE HAGAN A TÍ",
Ser hijo no te dá derechos a pasar por encima del amor de tus padres, para exceder los límites de moral y respeto que ellos por años impusieron como norma de vida familiar para el necesario acuerdo de respeto recíproco de los intereses de todos los miembros de la familia.