21. ¿Internet o familia?

Nadie hoy día discute la importancia de la internet en el desarrollo intelectual de la persona. Todo lo que desees consultar le hayas la respuesta adecuada con la ayuda de Google, pasando la consulta de libros a un 2do.plano, y en algunos casos, al olvido total. Pero, algo tan valioso como el compartir en familia, está siendo también afectado de manera muy significativa.
¡Es que encuentras tanto en internet!. Puedes bajar juegos, música, películas, ¿quieres más formulas para el entretenimiento?. Cuentas además con facebook y twiter, y los mensajes del correo electrónico. Algunos padres lo ven bien, porque lo ven como la fórmula mágica para que el hijo no tenga que buscar nada en la calle. ¿Entonces, cuál es el problema?.
Sucede que son muchos los jóvenes que se hacen tan adictos a la computadora, que descuidan incluso hasta la hora de la comida, e incluso, las horas de sueño (tal como lo ilustra la imagen anexa, si pudieran se llevarían su equipo al mismo sanitario). Esto además de repercutir en desmejorar la alimentación, por el hecho de que el joven no siente hambre, y se niega a ingerir alimentos por su concentración a lo que está haciendo en su laptop o computadora, es también la razón de un innegable e irritante desapego del vínculo familiar, rompiendo los necesarios momentos de compartir juntos en familia, como comer, pasear, etc. Por otra parte, se observan riñas entre hermanos, o entre padres o hijos, por el uso del computador, cuando hay un sólo equipo y todos los miembros quieren usarlo a la misma vez.
¡Ah!, es que las mismas amas de casa además de descuidar los oficios de la casa, también descuidan el conversar con sus hijos o su cónyuge, porque encuentra más entretenido o quizás más interesante, el perder tiempo con nimiedades en salas de chat, ya que por cierto, una persona puede chatear con varias a la vez, abriendo su perspectiva de relaciones sociales (y de oportunidades sociales), en detrimento de las relaciones familiares. A todo lo expuesto hasta acá, lo puedes redondear bajo el nombre de "efectos de la internetmanía".
He conocido jóvenes muy adelantados en conocimientos para su edad, pero son jóvenes que incluso ya presentan problemas de fallas de agudeza visual, como consecuencia del cansancio de la vista que se resiente ante tantas horas de faena en la computadora. Son también jóvenes a quienes lastimosamente les veo una absoluta apatía a querer compartir con sus padres o sus hermanos, porque están entretenidos bien sea chateando, navegando o jugando, sino con sus amigos del chat o del facebook.
Estos jóvenes además de problemas de vista, también se quejan de frecuentes dolores de espalda, y es debido a la adopción de posturas incorrectas frente a su equipo (laptop o computadora), incluso dolores a nivel omoplato o de la mano. Este hecho debería llamar la atención de quienes trabajan en diseño curricular, en lo referido a incluir en los pensums de estudio, todo lo relativo a los cuidados de salud que debe observar un internauta.
Este tipo de relación familiar que se observa en la actualidad donde predomina el apego al internet antes que a la familia, resquebraja los vínculos afectivos, originando el desconocimiento y desinformación del padre acerca de los afectos y sentimientos del hijo, porque el hijo no comparte con su padre. De hecho, es tal la adicción que si el padre o la madre quiere invadir ese espacio de tiempo que les roba la internet, los hijos responden con rechazo y actitudes altaneras, porque sencillamente ya no quieren compartir con sus padres.
Ese tiempo valioso que pasan ante internet, también plantea la inquietud del tipo de literatura que están leyendo nuestros hijos. ¿Pornografía?. ¿Satanismo?. ¿Ocultismo?. ¿Herejías?. ¿Violencia?. Porque lastimosamente, estas basuras también las encuentras navegando por internet, y sus secuelas en la formación de la personalidad se ven en tanto menor de edad con ideas violentas o exageradamente erotizadas.
Por otra parte, la relación conyugal también está siendo otra víctima de la adicción al internet. Uno de los miembros de la pareja, o incluso ambos, pasan tanto tiempo en su computadora, que descuidan los momentos de compartir experiencias de afecto que enriquecen una relación de pareja. Incluso, llegada la noche, el deseo por la pareja es sustituído por el deseo por la laptop, la cual incluso ha invadido el lecho conyugal, originando el feo vicio que uno de los miembros de la pareja se lleva su laptop a la cama para trabajar, impidiendo el descanso y sueño de la pareja, y dando los pasos para compensar ese desafecto con relaciones extramaritales.
Ciertamente, en una época en que el tema sexual ha invadido de manera tan notoria las prioridades ha observar para preservar la unión conyugal (aunque parezca increíble, porque el sexo no lo debería ser el todo), el interés por internet pasa a interferir en el ejercicio de esas habilidades sexuales en la cama. ¡Que tristeza!, porque los matrimonios se ven en riesgo porque además de que el amor espiritual fue sustituído por el amor sexual, la debilidad de ese tipo de amor erótico sucumbe ante la adicción a la computadora. Y, lo más terrible: no son pocos los casos donde la infidelidad conyugal se inicia a partir de elementos que buscan chances sexuales a través de las salas de chat o través de mensajes insinuantes por correo electrónico, ante lo cual, caen por igual esposos y esposas, porque estas últimas ya no ven como una falta al decoro, el ser objeto de comentarios eróticos o mensajes insinuantes.
Este post no va en contra de los beneficios de la internet: su objetivo es fijar la atención en la parte negativa que se deriva de su adicción, que afecta la misma relación familiar, ante lo cual hay que asumir una actitud de información y toma de conciencia. "Absolutamente nada" en este mundo debe ser más importante ni más prioritario. para un padre o una madre, que la atención del buen clima familiar, procurando mantener los necesarios valores familiares de armonía y sana convivencia. No puedes permitir que ni aún la internet sea causa de origen de desacuerdos o disgustos, innecesarios e irrelevantes; por eso la interrogante: ¿Internet o familia?, que no significa descartar, rechazar u odiar la internet, sino evitar que la misma interfiera en la belleza de un hogar feliz, que pese a lo mucho que ya se ha escrito al respecto de los efectos de la "internetmania", no obstante, su ocurrencia es muy recurrente en muchísimos hogares.