
Navidad en familia es una oportunidad única en esta vida. Hay quienes quisieran tenerla, pero no pueden, por estar ausentes a causa del trabajo, guerras, divorcios, o cualquier otro motivo. Pero hay quienes podrían y desperdician esa maravillosa oportunidad, por motivos fatuos como parrandas, o discordias o incluso por malas amistades.
La noche de la navidad, debería ser una noche para pasar en familia. Ninguna parranda o ningún amigo puede ser más importante que tu familia.
Escribo este post, porque observo que como valor familiar, se ha perdido la importancia que antaño tenía la reunión familiar en la fecha más importante de todo el año.
Es posible que algunas rencillas o discordias te desmotiven a querer compartir con tu familia. Pero, ni aún esas desaveniencias afectivas deberían incidir en la reunión familiar en tan importante fecha. Porque los padres quieren ese día tener en su cena familiar, a todos sus hijos, y es como dar un desplante a los padres el ausentarse la noche de navidad bajo la excusa de discordias.
Es que navidad en familia, es un momento de compartir, único, en un largo lapso de 365 días. Esa es parte de la importancia de esa fecha: es el único en todo el año, en donde nadie debería faltar.

La unión familiar como valor social, es imprescindible e insustituible. Y todo lo que contribuya a la unión familiar pasa a ser imprescindible e insustituible, y ese es el caso de la noche de navidad. Creo en la importancia y valor de la familia, por eso valoro y escribo sobre todo aquello que fomente la fortaleza del grupo familiar.
Pasando al otro plano, qué maravailloso, qué bonito es ver reunida la familia en la nochebuena. Porque se trata de una noche cargada tradicionalmente de emociones alegres y festivas, y eso es contagiosamente agradable.


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